La vida es el mayor regalo de la existencia. Un regalo que nos puede enseñar a conectar con la belleza, la paz, la armonía, el amor…., en definitiva, todo eso que consideramos como bueno.
El problema es que no siempre lo vemos así y sufrimos, e incluso somos testigos de cómo nuestra vida se ha convertido en lo que jamás hubiéramos pensado.
En el mundo actual hemos dedicado mucha energía a crear defensas, corazas y barreras que han quedado instaladas en nuestra mente.
El resultado es una vida llena de miedos y fobias hacia todo, crisis de ansiedad, ataques de pánico, conflictos internos, irritabilidad continúa…
Estamos lejos de quiénes tenemos cerca, y sufrimos por apegos a los que sentimos lejos.
Por eso es tan necesario la Terapia, quien acude a ella no es quien tiene el problema, es quien quiere resolverlo.
Es preciso un lugar de autenticidad, acogimiento y abrazo emocional donde nos acompañen, nos guíen y nos fortalezcan.
El proceso terapéutico es un camino de vuelta, a nuestro interior, a nuestra esencia en el que vamos comprobando y experimentando que la vida es en realidad un regalo que merece ser vivido y honrado.
Que la paz, la tranquilidad, la alegría, la felicidad, el amor y el respeto a nosotros mismos debe ser lo que acompañe nuestra existencia.